Las charpas se han caracterizado por ser un juego prohibido, y según nos cuenta Raquel Lucas, era muy practicado por las tierras del Jiloca. Los contrincantes que apostaban contra el que lanzaba las charpas sabían que era un juego de “malicia” y que tenían que estar atentos para no ser engañados.
Antonio Hernández nos cuenta cómo se jugaba y nos muestra las antiguas monedas con que se jugaba, unas perras gordas de cobre de época de Alfonso XII.
Se jugaba mucho, por eso la gente que jugaba estaba muy practicada en ello. Durante el juego siempre había que estar al tanto por si aparecía la guardia civil…y había que correr
ÁREA DE DIRECCIÓN Y PRODUCCIÓN
Elaborado por el Centro de Estudios del Jiloca en enero de 2011.
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