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Se inicia el inventario

Category:Patrimonio arquitectónico

En el invierno de 2002-2003, gracias a una subvención del Instituto Nacional de Empleo, se  empezó a realizar el inventario del patrimonio arquitectónico de la Comarca del Jiloca. Ese año se pudieron visitar 21 pueblos: Loscos, Mezquita de Loscos y Monforte de Moyuela, Cucalón, Villahermosa del Campo, Lanzuela y Cuencabuena, Lechago, Navarrete del Río, Barrachina y Torre los Negros, Ojos Negros, Barrio Minero, Villar del Salz, Pozuel del Campo, Peracense y Blancas, Tornos, Odón, Villalba de los Morales y Torralba de los Sisones.

Se pretendía llegar a toda la comarca, aunque no se ha podido ampliar más alla de los citados pueblos. No imaginábamos el amplio patrimonio en bienes inmuebles del que disponíamos en nuestra comarca, creyendo en un principio que los tres meses serán suficientes.

Además los meses de diciembre, enero y febrero no nos han acompañado en cuanto a la metereología se refiere para poder realizar todos los días salidas a las localidades, viéndonos obligados a trabajar más en la base de datos, dentro del Centro de Estudios y a ampliar la documentación bibliográfica en los distintos centros documentales de Aragón.

El resultado ha sido favorecedor ya que este proyecto ha supuesto para el patrimonio aragonés el inicio de una nueva investigación que esperamos que pueda ser continuada, en años venideros. Con él se ha pretendido comenzar la difusión del patrimonio aragonés con el fin de revalorizar esta manifestación de nuestra cultura popular, se intenta concienciar de la riqueza cultural que nos rodea para que se mantenga mediante la conservación y rehabilitación de aquello que nos identifica.


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Los peirones en el valle del Jiloca

Category:Exposiciones

peiron-copiaLos peirones son unas figuras arquitectónicas de pequeñas dimensiones con lápidas e inscripciones conmemorativas, a veces con cruces y pequeñas imágenes, que se halla situada a las entradas de los pueblos y en los cruces de caminos.

Se distinguen por poseer en la parte superior del pilar o columna una o varias capillas u hornacinas donde se guarda una imagen de un santo o de la virgen, por cuya advocación se ha construido el peirón o a la que se encomienda la protección del lugar y el camino.

La exposición muestra a través de varios paneles la funcionalidad de estas pequeñas arquitecturas, sus tipologías constructivas y las variaciones que encontramos entre las diferentes localidades. Va acompañada de un libro-catálogo a modo de inventario de todos los peirones del valle del Jiloca, dos guías pedagógicas para trabajar en los centros educativos, ficticios y unos recortables.


FICHA TÉCNICA

Tema: Patrimonio etnológico

Contenido: 21 paneles, 1 peirón reconstruido, 1 libro/catálogo, Rincón infantil, 2 recortables y  2 guías didácticas

Necesidades: 25 metros de pared, 30 m2 de suelo


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Litografías de Salvador Victoria

Category:Exposiciones

Salvador Victoria nació en Rubielos de Mora en 1928. Con diecinueve años ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. En 1956 marcha a París, ciudad en la que residirá diez años, entrando en contacto con las corrientes abstractas de la época. En 1964 decide regresar a España y, al año siguiente, fija su residencia en Madrid. Falleció en Alcalá de Henares en junio de 1994, tras una repentina enfermedad. Fue enterrado en el cementerio de su pueblo natal.

Su vinculación con la provincia de Teruel y la comarca del Jiloca fue siempre muy intensa, tanto que el Instituto de Monreal del Campo lleva su nombre. Las obras que se exponen son doce litografías realizadas entre los años 1972-1983 que la viuda del artista, Marie Claire Decay, donó en el año 2001 al Centro de Estudios del Jiloca, junto con dos pequeñas pinturas que el autor, en vida, realizó para ilustrar las portadas de la revista Xiloca.

FICHA TÉCNICA

Tema: Arte moderno

Contenido: 12 litografías y 2 cuadros

Necesidades: 20 metros de pared


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Gerardo Sancho

Category:Exposiciones,Fotografía antigua

gerardoA Gerardo le gusta saber como van las cosas por su tierra de origen, mientras recuerda en compañía de Lola, su esposa, los tiempos pasados.  Se alegra de las actividades del Centro de Estudios del Jiloca, y quedamos en su casa para ver algunas fotos viejas que hizo en su juventud en Navarrete. Son apenas media docena, las demás las tengo en Zaragoza, me dice ante mi sorpresa por la enorme calidad de las mismas y por su valor documental. Concertamos una nueva cita para cuando pueda traerlas de allí. Días después la sorpresa se hace mayúscula al contemplar la impresionante colección que trae de instantáneas de época. A toda prisa hablamos de publicarlas en la secci6n de fotografía antigua de nuestros CUADERNOS DEL BAILE DE SAN ROQUE o, quizás mejor, en un catálogo que acompañe a la obligada exposición que merece la muestra. Todo es muy rápido. Por fin nos citamos a finales de agosto, donde podremos concretar mejor los proyectos. Con toda amabilidad deja en manos del Centro de Estudios hacer lo que estimemos más conveniente con su obra.
Y así es corno va a volver Gerardo Sancho a Navarrete y a Calamocha, precedido de una magnífica muestra de sus mejores fotos de la comarca. Un documento inigualable en el que, por encima de paisajes, de olmas monumentales que hoy son ya recuerdo de tiempos mejores, de viejas torres mudéjares felizmente restauradas, por encima de todo, insisto, el hombre, las gentes del pueblo, con sus fiestas, sus bailes al son de los gaiteros de Cutanda, sus carreras del pollo, sus procesiones con esas imágenes o santos, acaso pequeñas en dimensión pero grandes en cuanto a la devoción popular, sus tertulias en los carasoles, sus trabajos en el campo o en la era, en el matacerdo, en fin, en cuantas facetas se ofrecen al ojo curioso de la cámara de Gerardo. El hombre al cabo, los amigos, los paisanos.

Quienes hemos tenido la fortuna de contemplar algunas de las miles y miles de fotografias que ha disparado durante su larga trayectoria profesional, tenemos muy claro que cuando Gerardo se ocupa de las cosas de su pueblo lo hace de una forma apasionada. Ya no es el profesional que debe cumplir con el encargo periodístico de dar la noticia gráfica, es el artista que, identificado con el entorno que le rodea, se goza de reflejarlo en sus placas, de transmitirlo a la posteridad con la fidelidad del notario, pero también, ojo, con el amor del hijo pródigo que observa atento lo que ocurre en su casa, lo que interesa a los suyos.
Navarrete sobre todo, con sus amigos de infancia apenas retratados en la antesala de su muerte, felices ejercicios de cultura física juvenil, alegres muchachas ataviadas de domingo
a la salida de misa, risueña mocedad que acaso hoy haga a sus hijos, a sus nietos o a los propios protagonistas, hacer un ejercicio de memoria colectiva para rastrear quienes son
unos y otros, y también quienes quedan y quienes faltan de aquellos grupos que se ofrecían a la cámara entre sonrientes e incrédulos. Con este riquísimo bagaje retorna a su
pueblo Gerardo. Buena estrella hemos tenido de encontrarlo. Buena estrella de tenerlo entre nuestros paisanos m& distinguidos, Pero también Calamocha, sí, en sus recuerdos gráficos como en los escritos, aparece asimismo nuestra Villa de forma indeleble, fueron los diarios paseos matutinos con frío o con calor, para recoger la leche que precisaba una de sus hermanas enferma de un proceso renal, sus paseos con el abuelo hasta unos campos de azafrán en las proximidades de El Poyo donde mataban los topos quemando paja en los orificios de entrada de los caños, y, especialmente, el feria de Todos Santos con el chalaneo de los tratos y las imprescindibles postas de bacalao. No faltan fotografías de otros lugares como Villanueva del Rebollar, no se olvide que de alll era su padre -albañil de profesión, su madre era maestra y procedía de Pinilla del Olmo (Soría)-, o Lechago y Olalla.
Despues de muchos años de estancia fuera, vuelve Gerardo Sancho del Ramo a Navarrete, a Calamocha, y viene, seguramente, presentando sus obras para mí más queridas. Es posible
que tenga en su haber otras muchas que han dado la vuelta al mundo, que han merecido cientos de primeras paginas periodísticas, que le hayan reportado las más caturosas  felicitaciones de diversas autoridades o importantes premios profesionales y artísticos, es igual, estamos convencidos de que en estas viejas instantáneas, capturadas muchas de
ellas con aquellas viejas cámaras de fuelle, fogonazo de magnesio y trapo por encima de la cabeza, o ya m6s tarde con sus queridas Leika o Contax, contienen la mejor poesía de su autor, la quintaesencia de su delicadeza moral e intelectual.

Va precedida la colección de unas memorias autobiográficas relativas a su infancia y juventud. Pero, atención, porque Gerardo, adermás de un excelente narrador gráfico, es asimismo un amenisimo contador de historias, de sus vivencias personales. Con su primorosa letra, menuda y apretada que se extiende en rectilíneos renglones que evocan los cuadernos escolares de muestra, va esta primera entrega que no es sino una primicia de lo mucho que se guarda en sus carpetas autobiográficas. Si alguien ha hablado alguna vez refiriendose a él como el Ojo del Cíclope, tanto por su singularidad visual corno por atrapar la vida con el objetiva único de su cámara, desde aquí advertimos ya del poderío de su  memoria de Cíclope, para temor de algunos desaprensivos que se cruzaron en su camino profesional.


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Inicio de la colección fotográfica

Category:Fotografía antigua

fotosfase1La recopilación de fotografías antiguas del valle del Jiloca comenzó en 1987, con el objetivo de publicar diferentes álbumes fotográficos en el Cuaderno del Baile de San Roque, lo que posteriormente serían los «Cuadernos de Etnología». La recopilación se realizaba al ritmo de publicación, solicitando fotografías cuando se necesitaban.  Era un fondo muy selectivo, pues solamente se elegían unas pocas de cada colección, las mejores, alcanzando las 200 fotografías.  A comienzos del siglo XXI con las fotos seleccionadas se realizó una exposición para que pudiera convertirse en itinerante por los pueblos de la comarca.

Una de las actividades más fructíferas en este sentido fue la exposición de Gerardo Sancho, con la que este fotógrafo donó al Centro de Estudios más de sesenta fotografías de Navarrete y Olalla, especialmente.

En el año 2004 se propuso a la Comarca del Jiloca colaborar conjuntamente para la creación de un fondo fotográfico de la comarca, en formato digital, recorriendo todos los pueblos y solicitando a sus vecinos las fotografías antiguas que posean. El Centro de Estudios aportaría su fondo actual, se haría cargo de las necesidades técnicas (equipos informáticos) y coordinación del proyecto.

El proyecto fue muy fructífero. A finales de 2004 el fondo antiguo se había incrementado sustancialmente, llegando a contar con más de 1.300 fotografías procedentes de casi todos los pueblos de la comarca. Se realizó un cd divulgativo que la comarca se encargó de distribuir entre los Ayuntamientos y personas interesadas.


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